Seria
maravilloso poder vivir la vida que nos gustaría, solo haciendo lo que nos
agrade, cuando, como y con quien queramos. La pregunta inmediata tras tal
afirmación es ¿porque actualmente no es así?
Que
nos mueve a trabajar realizando actividades que no resultan de nuestro agrado,
que nos aburren o incomodan; a tener que lidiar con personas desagradables que
buscan por distintos medios hacerle mal a quienes no son de su agrado o a
quienes consideran que son obstáculos para sus metas; o a tener que recibir
resultados que nos arrastran a la
convicción de que ya nadie valora las cosas bien hechas.
Nuestras
agiles mentes podrían apresurarse a brindarnos una avalancha de respuestas, que
aunque resulten creativas, profundas o con los mas imponentes sentidos lógicos, aun no han logrado provocar
un cambio; una transformación real, plena y renovadora.
Es
bien sabido que mientras continuemos haciendo lo mismo, obtendremos los mismos
resultados; y es allí donde reside la clave. El cambio radicar se convierte en
una realidad cuando decidimos hacer
el bien cueste lo que cueste. Somos la clave de tan maravilloso cambio, cuando
decidimos no aceptar nada de mal en nuestras vidas y solo nos permitimos hacer
y recibir el bien.
Tras
tan Revolucionaria afirmación vienen a la carrera eventos
externos que tratan de recordarnos que el mundo no es así, que para nada es
color de rosas. Y en ese preciso instante nos vemos en frente a la constante
que tiene a la humanidad sometida y que se resume en que mientras nos
permitamos por un instante creer que no hay otra opción mas que el mal (malas
relaciones, mala voluntad, malos tratos, mala seguridad social, etc.) esa será
la única realidad.
En
cambio, si decidimos brindar Batalla
y no aceptar nada que no sea el bien, descubrimos con asombro como hay muchos
otros que también batallan por el. Y si nos unimos y buscamos remplazar a
quienes viven en el mal, por quienes viven en el bien, veremos como de instante
en instante los sufrimientos se van alejando.
Mientras
aceptemos que no hay forma de alejar el mal de nuestras vidas, así mismo serán
nuestros días, en mal. Cuando decidamos no aceptarle y en acciones palpables
nos mantengamos haciendo solo el bien (sin importar lo que hagan los demás) y
buscando sin parar hasta dar con quienes solo hacen el bien (debemos cambiar
nuestro paradigma, no estamos solos, muchos mas buscan y hacen el bien tanto o
más que nosotros) cada elemento del mal será sustituido por uno del bien; y
vivir la vida que nos gustaría, se convertirá en una plena y maravillosa
realidad.
Escrito
por:
Aylan Pérez
Innovación Metálica
Director Ejecutivo
809-801-3636
aylanperez@innovacionmetalica.com
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